Viaje a Canadá
Bueno, hace ya un mes que empecé mi gran viaje como becada del Programa de Becas FAO.
A partir de ahora intentaré hacer algún vídeo explicando y, sobre todo, mostrando mi experiencia.
El viaje...
Los gallegos salimos de nuestras casas el día 1 de Septiembre de 2016. En mi caso mi familia me llevó en coche hasta el aeropuerto de
Santiago de Compostela. Allí nos reunimos el grupo, todos cargados de equipaje y de emociones. Facturamos nuestras maletas, nos despedimos y juntos subimos al avión que nos llevaría destino a
Madrid.
Una vez allí, un autobús nos llevó desde el aeropuerto hasta el
Hotel NH Barajas, donde cenamos y pasamos la noche... Bueno, como teníamos que madrugar mucho y necesitábamos compartir nuestros nervios no dormimos demasiado. Las noches de verano calurosas de Madrid se agradecen mucho para este tipo de circunstancias. Supongo que todos estábamos igual en ese momento y tener a gente a tu alrededor tan parecida a ti en muchos aspectos y que te entiende es verdaderamente reconfortante...
Y así llegó la madrugada y los 24 becados cogimos nuestra respectiva cajita con el desayuno y partimos de nuevo cara esas tierras que tan bien conocidas tenemos ahora. Algunos les llaman aeropuertos, otros simplemente preferimos verlos como sitios en los que tumbarnos en el suelo en manada mientras esperamos, esperamos y esperamos con equipaje por todo nuestro cuerpo.
A las 9:00 de la mañana (día 2 de Septiembre de 2016) nuestro avión con destino a
Toronto (Canadá) alzó el vuelo, y con él fuimos nosotros, ahora volando por el mundo.
Es un viaje largo con lo cual tuvimos tiempo para hacer muchas cosas (dormir, ver pelis, hablar, comer, dormir otra vez, escuchar música, etc).
Tras 8 horas en el avión de Air Canada, nos empezamos a preparar para el que iba a ser un largo día. En
Ontario tenemos 6 horas de diferencia respecto a España, con lo cual llegamos a las 11 de la mañana canadiense (lo que debería ser nuestra tarde). En verdad, nuestro avión salió de Madrid con unas horas de retraso con lo que tuvimos que resumir todas las reuniones que había planeadas, las cuales cenando pizza y fruta sientan mejor. Pero antes de eso había que arreglar toda la larga lista de papeleo para entrar en el país. Que no falten los escáneres, creo que es una de las cosas que más aborrezco de los aeropuertos, sobre todo cuando tienes que andar a quitar de cada vez utensilios, electrodomésticos y abrir la maleta para que puedan ver que los que llevas dentro es un instrumento y no algo peligroso...
Os intentaré dar más detalles en los vídeos para que esto no se haga demasiado largo.
Las personas que tenían de destino
Noth Bay se fueron antes que los que íbamos a
Blue Water... en otro avión.
De nuevo, pasamos mucho tiempo en el aeropuerto y hubo algún que otro problema con las maletas, pero nada que no se pudiera arreglar con tiempo y nervios.
En fin, conocimos a unos pocos estudiantes que venían de
Japón a estudiar como nosotros, tomamos algo y nos sentamos agotados en el pequeño autobús que nos conducía a nuestras familias de acogida. Entre maletas y con los nervios y la curiosidad a flor de piel pasamos esas dos o tres horas en compañía, intentando disfrutar de ese último momento juntos. Observamos ese increíble paisaje tan de película y hablamos hasta que el cielo se tiñó de negro. Ahí empezó el intento de música y fotos para mantenernos despiertos.
Estábamos llegando y aún recuerdo perfectamente como me sentía, preguntándome como sería el encuentro con una familia que no conocía, en un lugar que no conocía y hablando otro idioma. Estaba muy confusa, para ser sincera. Puede haber momentos en los que la inseguridad y los nervios te echen un poco para atrás... pero tienes que ignorar eso y verlo de otra forma.
Una experiencia nueva, una oportunidad de empezar de cero y hay que echarle valor y alegría. En este viaje es primordial que todo te lo tomes con positividad y, ¡ muéstrale a todos ese espíritu de superación que llevas contigo!
El cansancio en ese momento era agotador, y me costó lo suyo luchar contra él e intentar hablar algo con mi nueva familia.
Después llegamos a la casa, es una sensación muy extraña empezar a vivir en un lugar completamente diferente de esta manera, pero te acabas costumbrando. Aquí todo marcha poco a poco, pero no tenemos que intentar acelerar lo que no puede ser acelerado. A veces simplemente es mejor dejar que las piezas encajen en su lugar con paciencia.
Y bueno, ya os contaré más cosas en unos días.
¡¡Recordad que ya ha salido la convocatoria de las becas para el año que viene!!